miércoles, 10 de junio de 2015

Ser Trascendental

La cita que hoy nos reúne en este espacio, ha estado rondando por las pequeñas vías de mi mente desde hace ya varios años, debido a que, como tengo grandes creencias religiosas e igualmente científicas, pienso en la gran importancia que han tenido estos dos aspectos a lo largo de la existencia de la humanidad y las consecuencias positivas o negativas que la interpretación individual de estos dos conceptos han ocasionado a la población mundial. La palabra trascendental «de trascendente» según la Real Academia Español significa "Que se comunica o se extiende a otras cosas" y de acuerdo a su acepción filosófica viene a significar, de un modo general, "lo que trasciende", en el sentido de "lo que está más allá" de alguna realidad, considerada metafísica.


Por estas humildes razones, considero que grandes personajes de la historia religiosa y científica son seres trascendentales como: Jesús de Nazaret y Aristóteles (se que existen muchos otros científicos importantes, éste es sólo una gran referencia); ya que han impulsado a lo largo de los años innumerables movimientos e investigaciones de gran envergadura, demostrando mucho después de su desaparición física que sus descubrimientos y enseñanzas pueden trascender y perdurar en el tiempo; y es, precisamente eso, lo que me hace pensar en lo trascendente de su existencia en la tierra. 

Creo que cada uno de nosotros, tal y como ya lo mencione en una publicación anterior, es importante para algunas personas e insignificante para otras. Sin embargo, desde mi concepción personal, ser trascendente vas mas allá de eso, es lograr que todo aquello que crees, sientes, tu realidad, incluyendo tu percepción e interpretación del comportamiento del mundo; sea importante y significativa para un número inconmensurable de personas y que, pasados los años, cuando quizás tus teorías, estudios, hipótesis y enseñanzas hayan sido criticadas, derogadas o sustituidas por otras, sigan siendo de gran referencia mundial.

Yo, por mi parte, intentaré ser positivo, alegre y transmitir día a día esas buenas energías a las personas que me rodeen, para inmortalizarme en las personas con una sonrisa en el rostro, lo que, en lo que a mi respecta, es más que suficiente para sentir satisfacción personal y ser trascendental, quizás no para todo el mundo pero si para la conciencia de algunas personas. No obstante, mi mente estará en contínuo crecimiento y si, en algún punto de la historia, el mundo centra su atención en mi y de alguna manera realizo cambios innovadores en términos tecnológicos o espirituales siempre será con las mejoras intensiones y en beneficio de la humanidad.

Un saludo épico desde el Olimpo.
Atte.
Zeus




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