Todos los(as) que se quedaron, incluyendo el chico (aunque no acostumbraba a hacerlo) bebieron un poco más de la cuenta; a fin de cuentas solo tenían que quedarse a descansar hasta que llegara la hora de regresar a sus hogares. El chico y una de sus amigas, por equivocación o bendición de la vida, se refugiaron en la misma habitación hasta quedar dormidos; por supuesto sin darse cuenta, en camas separadas y sin ningún mal pensamiento. El frio era atroz, y al cabo del tiempo despertaron y se miraron a los ojos, como si despertarán al mismo tiempo buscandose el uno al otro, ella hablo sin decir una palabra, y solo con sus ojos y sus gestos invitó amablemente al chico a acostarse con ella, pues sospechaban que juntos podrían vencer el frio inclemente e insoportable para ambos y, sin darse cuenta y muerto de la pena, el chico ya estaba acostado junto a ella y para gusto de ambos, aquel frio fue disminuyendo poco a poco y la piel de ambos disfrutaba de una temperatura y una cálidez reconfortante y agradable.
La situación aunque rara, inusual y embarazosa para ambos, que nunca pensaron encontrarse el uno al otro como algo más que amigos, se aferraron el uno al otro como si estuvieran destinados a estar juntos por ley divina. Él la abrazaba por la espalda, respirando sobre el cabello que descansaba sobre su cuello, y empezaron a aflorar sentimientos que no creían tener, el calor se podía percibir en sus cuerpos y no comprendían ¿por que?, porque sentían esa una extraña atracción hacia el otro, no sabían si era química, hormonal o sentimental, pero era como si no pudieran controlar ese deseo mutuo que recorria sus cuerpos; pero tenían dudas, dudas de si el otro estaba sintiendo lo mismo y, nuevamente sin mencionar palabra alguna, él acaricia suavemente su mano a la altura del vientre y, como si estuviese esperando su señal, ella se voltea suavemente y entrelaza sus piernas con las de él para dormir abrazados frente a frente descansando su rostro sobre el brazo del chico... pero Él, nervioso ante la situación no pudo esperar más, nublo su juicio y sin pensarlo bajó su cara para mirarla a la altura de su pecho y... lentamente se acerco para besarla, ella... ella recibió aquel beso intenso lleno de deseo con ansias, el tiempo se detuvo y los besos continuaron como si quisieran sentir cada pequeño espacio en sus labios, manos y cuello, extendiendo ese sentimiento de placer a cada parte de su cuerpo, compartiendo el calor y la humedad que despredian al comerse el uno al otro, pues de alguna manera sabían que lo que estaban viviendo iba a quedar por siempre en sus memorias y, tal si fueran una pareja de enamorados, cayeron dormidos luego de besos, caricias y sonrisas compartidas.
Atte.
Zeus
Un saludo cálido y épico desde el Olympus.
y como dice mi amigo Jack K. "Tome las cosas con calma, porque si las comienza a tomar seriamente, llegan a su fin." By: L.H
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