Hoy, sinceramente no se como empezar estas cortas líneas, tengo tiempo que no escribo pero quisiera expresarte que aún hoy cuñado, y estoy seguro que hasta el resto de mis días, vives y vivirás en mis pensamientos. Manuel José Medina Martínez, todavía recuerdo el día que te vi llegar a mi casa por primera vez, haz memoria conmigo, recordemos ese apartamento ubicado en la Residencia "San José", en la Calle 27 sur (El Tigre - Edo. Anzoátegui, Venezuela). Respecto a ese día, me disculpo por mi actitud odiosa, sabes que no quería abrirte la puerta: 1) porque no sabía quién eras y 2) porque era celoso en relación al cariño de mi hermana y por eso quizás, repito, quizás por eso no te trate de la mejor manera.
Desde ese día en adelante, poco a poco te fuiste colando en cada uno de nuestros corazones, porque no sólo yo te admiraba y apreciaba muchísimo, estoy seguro de que todos los integrantes de mi hermosa familia también te admiraban, te amaban y respetaban, y hoy día a DIEZ (10) AÑOS, si lo sé que rápido se va el tiempo, de tu triste y dolorosa partida, te seguimos extrañando y lo haremos hasta el último de nuestros días.
No sé a cuentas personas les he contado de ti, de quién fuiste y quién eres para mi, de lo que te paso y, de lo mucho (pero realmente poco) que disfrutamos en tu compañía. No obstante, estoy seguro que lo sabes, que lo ves, que me escuchas, porque hablar de ti es hablar bien, es expresar a aquellas personas que tuvieron o no la dicha de conocerte que tu influencia fue positiva en todos los sentidos, enseñándome incluso a luchar por mis sueños y a creer en mi antes que nada, me enseñaste con acciones que podrías ser comerciante si así lo querías y que la tecnología estaba a mi favor, ojala pueda obtener un poco de esa sabiduría que tenías en todo lo que hacías tanto personal como profesionalmente, es que pienso que sabías de todo.
Me gustaría conversar contigo y saber tu opinión respecto a muchas cosas, especialmente sobre temas de avances tecnológicos, computadoras, teléfonos, aplicaciones, etc. Sé que te gustaba y que sería una conversación larga y amena en la cual seguramente aprendería algo nuevo. Aparte me encantaría contarte muchas cosas de mi, de mi carrera, de mis trabajos, de mis logros, mis amores, mis victorias y mis parciales derrotas. Nuevamente gracias por creer en mi, espero te sientas orgulloso de mi desde el paraíso de lo eterno, del origen del amor y de la paz infinita.
Mas allá de todo, también me gustaría que así como varias veces nos reunimos a cenar y a comer en familia pudiera yo, en estos tiempos, invitarte una buena comida, sentarnos a degustar algo bueno en compañía de nuestros familiares. Ya te lo había dicho pero te lo vuelvo a repetir, daría mi vida por comer un arroz chino de Chun Lai en la Feria de la Comida del C.C. Regina (1er Piso, Pto. La Cruz - Edo. Anazoateguí, Venezuela) en tu compañía, o incluso invitarte al Restaurant de comida china "Casa Deli" ubicado en la Principal de Lecherias, lugar que conocí tiempo después de tu partida y que su arroz chino también era de muy buena calidad y me hizo, como muchas otras cosas, recordarte.
Por mi parte, y disculpa que sea fastidioso con el tema, estoy seguro que vivirás eternamente, porque tal y como la Pelicula de Disney "Coco" lo ejemplifica, considero que una persona realmente muere una vez que la olvidamos o dejamos de recordarla, y estoy totalmente seguro que nunca te olvidare. Para ti, mi total y humilde agradecimiento de por vida.
Me despido temporalmente cuña,
Un abrazo imaginario.
Nos vemos cuando Dios lo decida.
P.D.: ¡Si gon!, fue mi expresión. De pana, tu esperada respuesta.
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